viernes, 2 de marzo de 2012

A fuego


NO PUEDES QUEDARTE CALLADO ANTE EL ESTADO DE LAS COSAS
Falsa entrevista a Música contra el poder (Andrés Ramírez). 1 de 2


Por Santiago Robles Bonfil  
            en colaboración con Karina Ruiz Ojeda

En las sociedades contemporáneas, la indiferencia es una problemática que nos lleva a vivir en una especie de monotonía colectiva en la que distintos aspectos –publicidad, arquitectura, alimentación, sistema político, etc.– son recibidos sin ningún tipo de análisis o crítica. Dentro de este contexto es refrescante encontrar voces que se manifiestan para emitir una opinión, para decir que no están de acuerdo o que ciertos aspectos deben de transformarse.

Gran parte del trabajo de Andrés Mario Ramírez Cuevas está ligado, indudablemente, a la música y a la política, a los derechos humanos y a las luchas sociales, a la ideología del espacio cultural autogestivo Multiforo Alicia, para el cual ha diseñado múltiples carteles durante sus 16 años de existencia. Andrés piensa que los carteles deben atrincherarse en las calles y dialogar con la gente. A su vez, cree en el diseño como potenciador de cambios sociales; sin embargo, sólo las personas son responsables y capaces de llevarlos a cabo.

Estudió en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM. Trabajó en el extinto estudio La máquina del tiempo, junto con Alejandro Magallanes y Leonel Sagahón. También ha ejercido la docencia en la EDINBA y actualmente en Centro. En su debut como ilustrador de libros infantiles, fue acreedor al premio internacional al mejor libro ilustrado de la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil (FILIJ 2011).

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SR: ¿Música Contra el Poder (MCP) surge en el Foro Alicia o existía previamente?
AR: Surge a la par, hace como 14 o 16 años, lo de MCP fue un ejercicio, en términos prácticos todo surgió por la costumbre de firmar todos los carteles. Nacho, el del Alicia, me decía “fírmalos”. “Ya lleva el nombre del Alicia, de todos los grupos, ¿y aparte mi firma?”, dije, ¡qué flojera! Entonces ahí platicando y haciéndonos bromas dijo “pues firma como Música Contra el Poder”. Así fue.

¿Cómo fue el encuentro con el tal Nacho?
Lo conozco desde hace como 30 años. Él inicialmente era amigo de mi hermano mayor, de sus andanzas izquierdosas. Lo de MCP fue el bautizo y ya… así firmé porque me pareció lo más adecuado, para no poner “Andrés Mario Ramírez Cuevas”, realmente era una cuestión de no protagonismo con el Foro Alicia, por eso lo pensé.


¿Cómo hacen los carteles normalmente, él llega y te dice “ahí está el tema” y tú lo desarrollas o lo desarrollan en conjunto? Yo distingo tres tipos de carteles: los que tienen una línea política marcada, como los de Atenco o las elecciones del 2006; otros que apoyan o divulgan otro tipo de temas, como los de José Cruz, John Lennon o Mario Santiago; y los de los conciertos.
Bueno, siendo más específicos, puede ser que sí pero en realidad son dos: los de los conciertos, que se hacen como cada semana, y los que tienen alguna opinión o son de apoyo o divulgan una idea en específico. Para los conciertos la mecánica es muy sencilla: me da una lista de grupos y me dice “van a ir estos”, yo veo cómo los acomodo en la página […] Muchas ocasiones, en los incios del ejercicio de hacer carteles, él me decía “pon esta imagen”, porque él sabe mucho de música y trataba de que cada cartel tuviera una imagen relacionada con el tema. Hacíamos búsqueda. Hace como 14 años yo casi ni usaba internet pero me regalaba libros y de ahí escaneábamos, “no pirateábamos”, recreábamos o rendíamos homenajes, préstamos de las imágenes y las colocábamos, eso sí, todas con muy buen gusto… De buena fuente todo. Después platicábamos sobre qué imagen era la más conveniente, cuando no había chance de usar imagen usábamos sólo tipografía. Siempre trato de hacer los arreglos tipográficos más adecuados, que no se repitan unos con otros, o hago cuatro iguales y la otra semana hago cuatro diferentes, todo con un sistema más o menos conocido donde la tipografía Impact –diseñada en 1968, creo, la usaban mucho en los sesentas– forma parte ya del sistema. 

          En los otros, los que tienen una opinión o son por una causa solidaria, a veces Nacho pone el tema, la línea general, yo le propongo un texto, una imagen, lo arreglo y lo resuelvo. A veces lo resuelvo en el momento porque hay carteles que están hechos en cinco minutos, y hay otros en los que me dice que es para la siguiente semana. A veces él nada más dice el tema y yo lo hago, otras veces él llega con una idea en concreto, lo resolvemos y listo. Otras veces yo digo “oye, está pasando esto actualmente, ¿por qué no hacemos algo?”, se lo presento y ya, no hay más que hacerlo así de fácil, cada uno tiene diferentes iniciativas según las circunstancias. 


¿Cuál es la intención o el sentido de hacer los carteles que emiten un mensaje social?
En realidad, en mi caso puedo decirlo sin ser presuntuoso, la intención es histórica. A ver si no me oigo muy arrogante y con pedigree pero yo entiendo lo que hago, supongo, desde mi abuelo, que anduvo con Zapata, era un chamaco pero anduvo en el ejército zapatista. En el video que viste de Francesco Taboada que se llama Los últimos zapatistas, aparece. Él era el espía. Eso es una referencia importante para mí, luego mis papás anduvieron de mitoteros en el 68, particularmente mi papá. Yo creo que muchos padres de nuestra generación anduvieron involucrados en eso, y en los setentas mi mamá anduvo muy involucrada en los movimientos sindicales y estudiantiles. Supongo que eso lo fui aprendiendo, fui aprendiendo lo importante de poder decir lo que uno piensa, participar en transformar las cosas. Evidentemente yo no tengo los talentos para trabajar en formación política o en dar discursos o en chutarme un libro súper denso de teoría política. Después participé en el CEU (Consejo Estudiantil Universitario) en el 87, esa fue mi experiencia política más importante… en ese aprendizaje, parte de mi compromiso para transformar las cosas fue haciendo carteles. Tenía claro que quería hacer cosas para participar en la transformación del país, el estado actual de las cosas me parecía que no era lo mejor, entonces de alguna manera había que decir cosas. Llegar al Alicia fue como mi regalo de Reyes Magos, la cartita de Santa Clós que nunca escribí por maldito ateo. A partir de ahí fui desarrollando mi experiencia para hacer carteles. Es una necesidad que yo tengo […] no me ubico de otra manera.


¿La intención última, el objetivo de MCP y del Foro Alicia, es que nuestra sociedad llegue en algún momento al anarquismo?
Ahora digo con humildad que de anarquismo sé muy poco, y que lo que sé medio me lo ha enseñado Nacho. Yo creo que se trata de, como foro, como espacio, como ejercicio de comunicación, presentar una reflexión. Si le queremos dar el nombre de anarquismo para que cambien las cosas y para que no haya ni dios ni amo, está bien, ponle el nombre que quieras. Lo importante, lo interesante es que tengamos esa posibilidad de circular libremente, de que circulen libremente nuestras ideas, que tengamos qué comer, trabajo; que no tengamos un policía detrás de nosotros para que las cosas se transformen… Ya después de tantos ismos y de haber visto tanta cosa en el siglo XX, la idea es mover a la reflexión. No puedes quedarte callado ante el estado de las cosas, punto.


¿De qué manera concibes el poder de transformación social que puede llegar a tener el diseño gráfico?
Yo no sé si por sí mismo el diseño transforme las cosas, quienes transforman las cosas son las personas. Uno lanza un comunicado, una idea, y hay quien la retoma y la hace suya, ahí en algo influye el diseño y transforma alguna conducta, pero los que, definitivamente, los agentes y responsables del cambio y la transformación somos las personas, con o sin diseño. Aunque este país requiere de un diseño nuevo, por cierto.

En este sentido, ¿tú crees que la desigualdad en la que estamos, la pobreza, el individualismo, son condiciones  del sistema económico y político o es parte inherente al ser humano? ¿Crees que se puedan cambiar estas condiciones en algún momento?
La aspiración es que sí. Si no lo creyera no lo diría. Es una aspiración no sólo mía, sino de muchos más, y seguramente habrá quienes lo han expresado mejor, lo han inventado mejor, que creo que sí se puede hacer una sociedad diferente. Ya sé, me vas a preguntar si voy a votar por López Obrador…

Obvio no…
Ah pues sí voy…

Ah, pues está bien. En junio de 2010 se publicó el libro Alicia en el espejo, ¿qué nos puedes contar de él?
Es un recuento, que hizo María Teresa López Maite, sobre el tiempo que ha transcurrido del Alicia, el Alicia ya lleva 16 años. Habla sobre cómo se gestó este proyecto cultural que es autogestivo, que se financia a sí mismo, que ha costado mucho trabajo y que no sólo consiste en el espacio para la música, es un espacio donde convergen otras ideas, otros modos de organizar, donde hay conferencias, charlas, proyecciones de cine, reuniones de diversa índole que organiza Nacho. Esto ha servido como referencia para organizarse, no sé si sea el modelo ideal, porque no hay modelo ideal, pero es un espacio de reflexión que se ha mantenido ya todo este tiempo. Creo que este espacio en el D.F., es único, no conozco uno similar que esté presente. Ha habido otros pero por las mismas condiciones económicas han desparecido.


¿Todo el proyecto se financia con lo recaudado en taquilla y de la venta de discos?
Así es.

¿Hay lana de organizaciones?
No, hasta donde yo sepa, llevo 16 años de trabajar con Nacho y nunca me ha comentado nada.

¿Y sí vas a los conciertos o nomás les mandas tus diseños?
No, yo me duermo temprano, a las ocho o nueve de la noche ya estoy dormido. Yo, mi lechita y mi pan.

Dejas el coctel molotov para el día siguiente.
No, para el día siguiente dejo pero el coctel de camarón.


 ¿Nos puedes ampliar tu postura respecto a estos carteles que decían que los espacios no ocupados en la ciudad se destinaran a la comunidad cultural?
Dentro de este espacio de las ideas y de las cosas que podemos decir y reflexionar, porque hay que pensar que el radio de acción del Alicia es pequeño, en comparación con medios como la televisión, el cine, el internet. La idea es que uno de los motores, una de las ideas para cambiar al país es a través de la cultura. En esta Ciudad de México, específicamente, hay muchos inmuebles abandonados que están ociosos, que no tienen dueño, que están ahí arrumbados. Ahora más recientemente están viendo que sí tienen un valor, sobre todo las inmobiliarias, que están especulando, pero aun así hay muchos espacios que pueden convertirse o ser susceptibles de generar proyectos culturales. Hay mucha gente que tiene proyectos de toda índole: ecológicos, artísticos, donde hay cosas que quieren decir pero requieren de un espacio. No hay una política cultural en el país o en la ciudad muy clara en torno a los proyectos culturales, todos son ayudas, becas, pero éstas no alcanzan, nunca hay becas para todos, sin embargo, hay muchos espacios ociosos que deberían ser aprovechados para diferentes proyectos que permitan beneficiar a la comunidad. No hace falta que todos los espacios estén en la Roma o en la Condesa, como sucede, pueden estar en Tlalpan, en Tláhuac, en Iztapalapa, en Milpa Alta, en la Benito Juárez. Hace falta que esos espacios lleguen a la sociedad civil.


Para las personas que nos van a leer y que estén interesadas en echar a andar un proyecto de esta índole, ¿tendrían la posibilidad de acercarse a ustedes para hablar sobre su experiencia, para que los pudieran asesorar en algo?, porque me imagino que es difícil y que en ese sentido el Foro Alicia sí sería un ejemplo de centro de autogestión perdurable.
Yo creo que sí, pero ahí que busquen al Nacho. Finalmente en el Foro Alicia soy un gato más, como en Alicia. Diseñé el logo, por cierto…

¿Cuántos años tiene el logo?
16 también. Está bien chueco y requetemalhecho pero ya quedó así. Regresando a lo otro, hace algunos años el Alicia, junto con otras personas formaron la RECIA, no me acuerdo qué significaba, pero eran diferentes grupos que tenían diferentes actividades culturales y trataban de organizar una política en conjunto para poder empujar que hubiera una ley, una política clara sobre el desarrollo de los espacios culturales. El Alicia es una especie de antro pero no es antro, es un espacio cultural. Fundamentalmente, si tú vas al Alicia no vas a encontrar borrachos desparramándose ni gente drogándose. Es gente que va a oír el concierto y sirve para otros fines, pero en las leyes del gobierno del Distrito Federal no hay una caracterización sobre los espacios culturales, no hay una norma que los regule. Ése es el problema.


 Para ayudar a solucionar eso sería importante que estos centros se multiplicaran.
Así es, hablaría de pluralidad en el país. No hablemos del país, ya aunque sea en la ciudad, tampoco hay que ser tan avorazados. Hablemos de la Ciudad de México, que es la ciudad más importante y que muchas veces sirve de referencia o tiene eco en otros estados de la república.

Desde tu punto de vista, ¿se verán afectadas este tipo de iniciativas dependiendo de los resultados de las elecciones de este año?
Quién sabe, los proyectos están y sobreviven por su propio esfuerzo, no por el apoyo del gobierno. El Alicia ya sobrevivió a Zedillo, a Fox, a Calderón.

 Y con crítica constante hacia ellos…
Así es. Probablemente no sobreviva a sí mismo pero eso es otra cosa. 





 Revista Viento en vela no.12

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