lunes, 30 de mayo de 2011

Destello


               Candor Chávez


Del 8 de abril al 30 de septiembre de 2011 la Fundación Colección Jumex abre sus puertas para exponer "Destello". Candor Chávez nos lleva en un recorrido por la obra de 8 artistas contemporáneos.


En mi recorrido por la exposición, me pareció que el hilo conductor se relacionó con una búsqueda de lo singular, desde el punto de vista de lo cotidiano. La mayor parte de las piezas se sustentan sin necesidad de discursos que las complementen, en una suerte de juego sensible con el espectador, en muy diversos medios: dibujo, pintura, escultura, instalación y fotografía, que incluyen arte conceptual, en una muestra muy recomendable si se quiere tener un panorama amplio de lo que viene ocurriendo en el arte desde 1950.

La museografía es acertada, las piezas están distribuidas de manera consecuente a la idea general, salvo los casos en que algunas fotografías de gran formato quedaban un tanto difíciles para su lectura, al estar cerradas entre muros que no permiten alejarse para percibirlas mejor. Las salas en las que se proyectan videos tienen las dimensiones justas para apreciar las obras y vale la pena permanecer un buen tiempo.

Algunas obras se acercan a la fragilidad humana, otras al inconsciente, como el fotograma Insane Lullaby #3 de David Lynch. Sin duda, el trabajo plástico del artista americano es menos conocido que sus películas. En su pintura se pueden encontrar elementos deliberadamente irracionales, objetos bidimensionales que chocan con un ambiente tridimensional, una especie de diálogo entre personajes, sin duda un tratamiento tan desorientador y oscuro como Blue Velvet o Lost Highway, que inmediatamente encuentra referencia en la obra de Francis Bacon. En la serie de fotografías llamada Desnudos Distorsionados tomó piezas eróticas que luego manipuló digitalmente hasta transformar su significado totalmente. El lugar en el que se reúnen sus preocupaciones, me parece que es en sus primeros cortometrajes: El Alfabeto de 1968, La Abuela de 1970, o El Amputado de 1974. Este mundo degradado es plasmado por un tipo normal de Missoula, Montana; que practica la meditación trascendental y que hace un paralelismo entre los peces y las ideas: nos dice que las ideas más brillantes son los peces más grandes, pero para atraparlos hay que pescar en aguas  profundas.

 
 Rain, 2005. Acuarela sobre papel. David Lynch.


Por otro lado, Spider IV de Louise Bourgeois es bastante expresiva, una pieza de bronce de dimensiones considerables. En el contexto de la exposición resulta interesante cómo transforma su lectura y no remite con tanta fuerza al miedo, una de las obsesiones en el trabajo de la que fuera probablemente la mejor escultora del siglo XX. La imposición de lo masculino es otra preocupación, de raíces inconscientes, que tiene su trasfondo en la infancia de la artista.






Las fotografías en general, me parecieron de las piezas más interesantes: los mares minimalistas de Hiroshi Sugimoto, la caja de luz de Jeff Wall (Overpass, 2001) que muestra a unos personajes, que probablemente sean inmigrantes, en una fotografía de gran formato. Esta visión de la movilidad es bastante recurrente en artistas contemporáneos, que suelen abocarse a trabajar en las fronteras físicas y psicológicas de la transculturación como cuestionamiento de la noción de identidad, el impacto económico de la migración, el concepto de raza y las políticas que asumen los gobiernos para frenar el ingreso de personas a sus países. 

También se puede observar una fotografía de la holandesa Rineke Dijkstra, cuyo trabajo se centra en el retrato y se nutre de la pintura clásica. En su obra, muestra personas jóvenes que se encuentran en alguna situación de transición, sea de la adolescencia a la etapa adulta, o de la vida como civiles a la vida en el ejército. Su discurso apela a la soledad, a las barreras que nos separan de los demás. En la lectura de sus imágenes, que tienen una simplicidad compositiva admirable, es frecuente encontrar también una enorme fragilidad y al mismo tiempo una gran vitalidad. 




La curiosidad que siente el americano Cy Twombly (n. 1928, Lexington Virginia) en sus dibujos, va de la mano de una cierta ingenuidad, que lo lleva a trabajar en diferentes medios como grafito, lápiz de cera, óleo, o gis, generando obras que tienden a estar entre lo abstracto y lo figurativo, entre la pintura tradicional y el dibujo. En la muestra se puede ver un dibujo de formato mediano (Notes from a tower, 1961) que dialoga con el cuadro de David Shrigley, artista al que le gusta trabajar con la ironía y el humor, desde un lenguaje simple, en un estilo que remite a los trazos de los niños.
La artista Kiki Smith ha trabajado con la idea del cuerpo en sus funciones vitales, lo ha representado en cera y también ha remitido a los fluidos corporales en otros trabajos. Un camino distinto, proveniente de la literatura, de leyendas, mitos y cuentos, la llevaron a representar personajes con los que se identifica, sobretodo mujeres. El resultado es una obra que se ha movido por la instalación, la escultura, la gráfica y el arte conceptual, remitiendo a la magia. La pieza en cuestión es Lobo, de 2001, elaborada en bronce, que incorpora un guante rojo cuya presencia parece evocar alguna historia salida de un cuento.

Recomiendo consultar la página de La Colección Júmex (http://www.lacoleccionjumex.org/), donde se puede acceder a varias vistas de las salas, además se pueden conocer las actividades en torno a la exposición, como cursos, mesas redondas, conferencias y visitas comentadas por artistas. La entrada a la exposición es gratuita, previa cita. No olviden recoger su jugo al final.

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