Daniel
Nudelman
En
fechas recientes, se ha verificado en nuestro país la emergencia de un
movimiento estudiantil que podría tener un impacto decisivo en las elecciones
presidenciales del próximo 1º de julio.
El comienzo, como el de tantos otros movimientos
estudiantiles –y, señaladamente, el de 1968– fue un acontecimiento a primera
vista insignificante. Después de muchas posposiciones, el pasado viernes 11 de
mayo, el candidato de la coalición PRI-PVEM a la Presidencia de la República,
Enrique Peña Nieto, accedió a dar unas conferencia en la Universidad
Iberoamericana (Uia). Durante el acto, a pesar de contar con el apoyo de
jóvenes priístas, enfrentó cuestionamientos serios, sobre todo relativos al uso
represivo de la fuerza pública contra el movimiento de los campesinos de Atenco
en 2006. Fuera del auditorio, una multitud de estudiantes lo esperaban para
expresar su rechazo con gritos de “cobarde”, “asesino”, “Atenco” y “fuera”.
Peña Nieto, que lucía muy nervioso, evitó encontrarse con los manifestantes
primero ocultándose en el área de los baños, y después abandonando el edificio
por una puerta trasera (lo que no impidió que le dieran alcance). Al momento de
subirse en su camioneta, reporteros recogieron declaraciones suyas afirmando
que las expresiones adversas “no son genuinas”. Todo fue captado en video por
muchos de los asistentes, que esa misma tarde publicaron las imágenes en
internet.
Atenco 2006 |
El episodio, que podría –o no– haber
sido muy nocivo para la imagen de triunfo y popularidad casi unánime que
pretende proyectar el candidato priísta, se convirtió en detonador de un amplio
movimiento estudiantil por el hecho de haber sido groseramente manipulado tanto
por la campaña de Peña Nieto como por los programas informativos del duopolio
televisivo. Los priístas tacharon a los estudiantes de provocadores
manipulados, cuestionaron que se tratara realmente de alumnos de la Uia y
censuraron la “intolerancia” de los jóvenes. Poco después, publicaron un video,
muy editado, del acto en la Uia en internet, acompañado por una melodía serena,
que ocultaba totalmente las protestas. Los medios televisivos, faltando a la
verdad, afirmaron que los estudiantes habían tratado de boicotear el acto de
Peña Nieto, otorgaron un gran espacio a las versiones de lo ocurrido
provenientes del PRI o de plano no reportaron lo ocurrido.
Uia |
Uia |
Semejantes prácticas, por supuesto,
no son nuevas. Durante los últimos seis años –y acaso durante más tiempo–
Televisa y Televisión Azteca han demostrado una parcialidad insultante en la
cobertura de los actos de Andrés Manuel López Obrador y las expresiones del
movimiento político, muchas veces espontáneo y autónomo, que lo respalda. Ambas
cadenas han favorecido alternativamente la proyección del tabasqueño como un
aventurero político, irrespetuoso de las instituciones, mesiánico y sediento de
poder y la minimización y distorsión de las movilizaciones populares masivas de
sus simpatizantes, con la cerrazón absoluta, borrándolo sencillamente de las
noticias como si no existiera. López Obrador, naturalmente, no ha sido la única
víctima.
Otro ejemplo reciente es el
movimiento magisterial. Los maestros son presentados como miembros de un sector
con inmensas prestaciones, holgazanes que se rehúsan a ser evaluados y
mantienen en un muy bajo nivel la educación en México. Cuando se cubren sus
huelgas, protestas y plantones, siempre se subraya el número de decenas de
miles de niños que se quedan sin clases, y se seleccionan imágenes que exhiban a
los maestros ensuciando las calles de las ciudades, provocando caos, o
durmiendo tendidos en el suelo debajo de sombrillas en un campamento, sin
referir nunca las razones esgrimidas por ellos para movilizarse, las críticas
que sustentan su oposición a una evaluación universal ineficaz orientada a
destruir fuentes de trabajo o brindarles siquiera derecho de réplica. Sus
acciones se exponen como medidas unilaterales, sin explicar la responsabilidad
de las autoridades que no atienden sus demandas orillando a los maestros,
trabajadores a fin de cuentas, a servirse de la única herramienta que tienen
para ejercer presión: la huelga. Nuevamente, mentira y manipulación.
De izquierda a derecha y por enfrente: Ulises Ruiz, Elba Esther Gordillo, Josefina VM, Enrique Peña Nieto y Emilio Azcárraga |
Como se ve, presentando parcialmente
la noticia de las expresiones de rechazo contra Peña Nieto en la Uia, tanto el
PRI como las televisoras reprodujeron prácticas que son la norma, y no la excepción.
Lo verdaderamente excepcional es que las víctimas, en esta oportunidad, no
fueron los maestros, los sindicalistas de Luz y Fuerza del Centro ni los
campesinos de San Salvador Atenco, sino estudiantes pertenecientes a un sector
privilegiado de la sociedad y pletóricos de recursos (como su capacidad de
servirse amplia y eficazmente de las redes sociales), no acostumbrados a ver
atropellados sus derechos y distorsionadas su identidad y sus actitudes.
La reacción fue inmediata. El lunes
14 se difundió en internet un video elaborado por 131 estudiantes de la Uia en
el que muestran sus credenciales afirmando que no son porros ni acarreados. El
viernes siguiente, 18 de mayo, alrededor de ochocientos estudiantes de la Uia,
la Universidad Anáhuac, La Salle, el Tecnológico de Monterrey y el Instituto
Tecnológico Autónomo de México marcharon a las instalaciones de Televisa San
Ángel y Chapultepec exigiendo a los medios no manipular la verdad. En solidaridad
con sus compañeros aparecidos en el video, se identificaron con el número 132. Televisa
no tuvo alternativa y difundió las manifestaciones, a veces con un tono de
exasperante paternalismo, como celebrando “la creatividad de los chavos”.
A diferencia de las acostumbradas
víctimas de la manipulación mediática, es muy difícil presentar a los
estudiantes de la Uia –una vez que estos establecieron su autenticidad fuera de
toda duda– bajo una luz desfavorecedora. No se trata de los “corruptos,
privilegiados e improductivos” trabajadores del SME; de los “violentos”
campesinos de Atenco con sus machetes; ni tampoco de los maestros que “se
niegan a ser evaluados” y dejan a los niños sin clases. Ni siquiera se trata de
los estudiantes de las instituciones públicas de educación superior, como la
UNAM y el IPN, presentados con frecuencia como porros o como ultras, que
prefieren andar de “revoltosos” a estudiar en las escuelas “pagadas con
nuestros impuestos, pero gratis para ellos”. No, se trata esta vez de los
pulcros y responsables estudiantes de la Ibero,
todos portando su credencial.[1]
Estudiantes de Morelia, Michoacán |
La indignación cundió en seguida en
el ambiente enrarecido de una campaña electoral en la que Peña Nieto y el PRI
son presentados por los medios de comunicación masiva como los inevitables
vencedores, por amplio margen, de la contienda. El movimiento nacido en la Uia,
ahora con el nombre #YoSoy132, se ha
convertido en pivote de amplias movilizaciones en la capital y otras ciudades
del país. La presencia estudiantil fue muy fuerte en la marcha de rechazo a
Peña Nieto realizada el sábado 19 de mayo entre el Zócalo y el Ángel de la
Independencia y el miércoles 23 tuvo lugar el acto hasta ahora más
significativo, una concentración en la Estela de Luz en Paseo de la Reforma ,
en la que participaron también contingentes de la UNAM, el IPN, la UAM y la
UACM (las principales universidades públicas de la capital) que después se
convirtió en marcha al Ángel de la Independencia, Televisa Chapultepec y el
Zócalo. Casi parece como si los estudiantes hubieran estado esperado un
pretexto para movilizarse. Muchos han observado que la nueva generación de
jóvenes –distinguiéndose de las inmediatamente anteriores, en particular de la tristemente
célebre generación X, famosa por su
desinformación, desorientación, apatía e inmovilismo– se caracteriza por ser
informada, interesada y progresista.
Hasta hoy, la principal demanda del
movimiento ha sido el fin de la manipulación y la mentira en los medios de
comunicación, su democratización, convertir el acceso a internet en garantía
constitucional y, puntualmente, la transmisión del segundo debate entre los
candidatos a la Presidencia en cadena nacional. Este programa ha funcionado
como mínimo común denominador para conseguir la adhesión de grupos estudiantiles
de lo más diversos. Se trata de demandas muy elementales y limitadas, podría
decirse incluso que ingenuas.
Alumnos de la Ibero, UNAM, Anáhuac, Poli, etc. en reunión con AMLO en Tlatelolco. |
Reunión #YoSoy132 en las islas de la UNAM |
Para mantener su “autenticidad y
pureza” y seguir siendo ampliamente incluyente, las instancias organizativas
del movimiento han insistido en que éste tenga un carácter apartidista, y no se pronuncie a favor ni en contra de
ninguno de los cuatro candidatos a la Presidencia de la República. Esta es una
actitud irresponsable y comporta serios peligros para el futuro del propio
movimiento, que puede agotarse rápidamente sin alcanzar ningún logro tangible,
y resultar incluso contraproducente.
Es irresponsable porque las metas de
#YoSoy132 no pueden alcanzarse con
independencia de quién llegue a la Presidencia. El actual duopolio televisivo y
su carácter antidemocrático no se gestaron en el vacío. Por el contrario, son
expresión de la coincidencia entre los intereses de los pocos empresarios que
controlan los medios de comunicación masiva en México y los partidos políticos
que propugnan un modelo económico neoliberal y de corrupción. En este
escenario, resulta poco claro si los medios se alinean al PRI y al PAN, o si
estos dos partidos se alinean a los medios de comunicación. Lo más probable es
que ambas lógicas se alternen en momentos distintos. En todo caso, pretender
una democratización de los medios de comunicación bajo gobiernos del PRI o el
PAN es una necedad.
Después de jugar brevemente y de
forma poco creíble a la pluralidad y la democracia en los primeros tres años
del gobierno del panista Vicente Fox, Televisa y Televisión Azteca mostraron su
verdadero rostro embarcándose, de la mano del gobierno federal panista y
agentes priístas cercanos a Carlos Salinas de Gortari, en una campaña
sistemática orientada a destruir políticamente a Andrés Manuel López Obrador,
en la que se inscriben el Nicogate,
los videoescándalos (en cuya factura
Televisa intervino de forma central) y, finalmente, en el desafuero. La
cobertura de la campaña por la Presidencia en 2006 estuvo muy lejos de ser
imparcial por parte del duopolio televisivo, y otro tanto se puede decir de la
crisis postelectoral de ese año. Todo esto ocurrió bajo gobiernos panistas. Fue durante los gobiernos de Vicente Fox y
Felipe Calderón que el duopolio vio crecer su poder constituyéndose en el
constructor y destructor de carreras y personalidades, en la autoridad capaz de
ungir de legitimidad procesos electorales y dictarle a la ciudadanía sus
preferencias políticas, distorsionando y mutilando la realidad. Esto, insisto,
no ocurrió a espaldas del PAN, sino con su resuelta complicidad. Los objetivos
de #YoSoy132 no se podrían alcanzar
si el PAN conserva el poder.
La imposibilidad de construir una
sociedad y una televisión democráticas en las que se respeten la pluralidad y
los derechos políticos más elementales bajo un gobierno priísta, es una
realidad evidente ampliamente sustentada en hechos recientes. El PRI tiene un
largo expediente de represión de movimientos sociales –muchos o la mayoría de ellos pacíficos– bien conocido por todos (el sojuzgamiento del movimiento
henriquista en 1952; el de los maestros en 1958; el de los ferrocarrileros en
1959; el de los médicos en 1965; el de los estudiantes en 1968 y de nuevo en
1971; la guerra sucia de las décadas de 1970 y 1980, etc.), pero es importante
recordar que los últimos atropellos tuvieron lugar en fechas muy cercanas: durante el gobierno de
Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) se asesinó a más de seiscientos
perredistas; durante el de Ernesto Zedillo (1994-2000), el presidente de “la
transición democrática” que le entregó el poder al PAN, se verificaron las
masacres de Acteal y Aguas Blancas; Enrique Peña Nieto, gobernador del Estado
de México (1999-2005), tuvo una responsabilidad directa en la represión del
Frente de los Pueblos en Defensa de la Tierra en San Salvador Atenco, durante
la cuál hubieron dos muertos y se incurrió en abusos de autoridad, tratos
crueles, tortura, la violación de veintiséis mujeres y fueron vulnerados los
derechos de un menor de edad. No existe un “nuevo PRI democrático”, y ningún
“decálogo” va a cambiar eso. No en vano los integrantes de #YoSoy132 han identificado
correctamente en Peña Nieto a su peor enemigo, al margen de las declaraciones
de su supuesto apartidismo. Los objetivos del movimiento sencillamente no se podrían alcanzar si regresa el PRI
al poder.
Actualmente, el único candidato que
favorecería una verdadera democratización de los medios de comunicación por su
compromiso con un proyecto no neoliberal y su carencia de vínculos con las
altas esferas empresariales, es Andrés Manuel López Obrador. El tabasqueño
también ocupa el segundo lugar en las encuestas de preferencias electorales
–incluso en las encuestas manipuladas difundidas por el duopolio televisivo– y
es, por lo tanto, el único que puede frenar a Peña Nieto. Igualmente, López
Obrador es el único que se ha mostrado receptivo a la movilización de los
estudiantes: el pasado lunes 21 de mayo tuvo un encuentro con jóvenes en
Tlatelolco. YoSoy132 debe tomar buena
nota de esto e incluirlo en sus cálculos políticos: sólo podrá alcanzar sus objetivos con la victoria en las urnas de López
Obrador.
A la luz de estas reflexiones,
resulta incomprensible el apartidismo de #YoSoy132.
No es que no existan razones legítimas para rechazar enérgicamente nuestro
régimen político y nuestros partidos. PRI, PAN y PRD tienen en común ser corruptos,
estar alienados de la ciudadanía y, lejos de constituir opciones para la
participación y representación política, frecuentemente la ocluyen por completo.
Pero también existen diferencias muy importantes. PRI y PAN propugnan la
continuidad del modelo económico neoliberal y el régimen de privilegios que,
entre otras cosas, ha propiciado la emergencia del duopolio televisivo que hoy
nos oprime. La coalición que hoy postula a López Obrador, a pesar de sus
incuestionables y serios defectos, impulsa un programa no anti capitalista pero
sí anti neoliberal, y el fin del régimen de privilegios.
Es irresponsable crear la ilusión de
que es posible influir en la vida pública de este país sin asumir compromisos y
una actitud resuelta, firme y clara. Al no pronunciarse acerca de los partidos
en una coyuntura electoral, YoSoy132
corre el riesgo de desdibujarse y ver frustradas todas sus metas. Tómese como
ejemplo el caso de los indignados en
España: los jóvenes salieron por miles a las calles a manifestarse en contra de
la liquidación del Estado de bienestar, pero se rehusaron a definirse a favor o
en contra de ningún partido y, por el contrario, llamaron a no votar; lo único
que consiguieron fue franquearle el paso al Partido Popular de Mariano Rajoy,
justamente aquello a lo que se oponían. Al final, su movimiento resultó
contraproducente. En México, la abstención o la anulación únicamente
favorecerían al partido que cuenta con un mayor “voto duro” gracias a su
aparato clientelar: el PRI. YoSoy132
no promueve ni la abstención ni la anulación del voto, por el contrario, la
mayoría de los jóvenes han asegurado que van a votar. Sin embargo, la división
del voto contrario al PRI entre dos alternativas tendría el mismo resultado
contraproducente. YoSoy132 ha
declarado que no está a favor del PRI, ni del PAN, ni el PRD, el PT, Movimiento Ciudadano, ni de la
abstención o la anulación. Esta indefinición no va a conducir a ninguna parte,
y es muy preocupante.
Como es natural, en el movimiento se
encuentran toda clase de corrientes de opinión y actitudes políticas. Muchos de
los jóvenes de YoSoy132 son, al mismo
tiempo, partidarios de Andrés Manuel López Obrador. Esto se hizo evidente el
pasado fin de semana. Muchas de las pancartas, carteles y distintivos de la
marcha de #YoSoy132 del sábado 19 de mayo, estuvieron también
presentes el domingo 20 en la marcha de apoyo a López Obrador convocada por
redes sociales. Igualmente, en la concentración en la Estela de Luz y la
posterior marcha hacia Televisa Chapultepec del pasado miércoles 23 de mayo,
muchos asistentes corearon consignas a favor del tabasqueño. Estas expresiones
genuinas de jóvenes independientes no han sido bien acogidas por las instancias
organizativas del movimiento, que insisten tozudamente en un apartidismo estéril
e incluso han pretendido prohibir estas manifestaciones. El pasado miércoles,
después de invitar a intervenir al escritor Paco Ignacio Taibo II, trataron de
arrebatarle el micrófono cuando se pronunció a favor del candidato del
Movimiento Progresista. Es una grave incongruencia de parte de un movimiento
que se opone a la mutilación de la realidad por parte de los medios de
comunicación pretender ocultar las simpatías políticas de muchos de sus
adherentes.
A poco más de una semana de su
surgimiento, #YoSoy132 ha alcanzado
logros muy importantes. Tal vez lo más significativo es que ha activado
políticamente a un sector que en los últimos años se había caracterizado por su
apatía: los jóvenes. La participación masiva de los estudiantes en
movilizaciones por todo el país ha señalado un punto de inflexión en un proceso
electoral cuyo resultado parecía decidido de antemano. También ha demostrado
que Televisa y Televisión Azteca, a pesar de su inmensa influencia, no son
omnipotentes. No pueden decretar unilateralmente una “realidad” acorde con sus
intereses sin encontrar resistencia. Televisa ha tratado de lavarse la cara
difundiendo las marchas y las expresiones de rechazo al candidato priísta y en
su contra. Incluso, recetó un tratamiento un poco menos complaciente de lo que
cabía esperar a Enrique Peña Nieto en su cita en Tercer Grado, su principal programa de opinión. Sin embargo, estos
cambios son de corto aliento y pueden revertirse por completo en el mediano
plazo. Para afianzar sus conquistas y tener un impacto de largo alcance #YoSoy132 debe asumir posturas y
compromisos políticos concretos de cara al 1º de julio.Santiago Bonfil |
Para visitar la página de YoSoy132 AQUÍ.
[1] Recientemente, los estudiantes de la Universidad Michoacana
de San Nicolás de Hidalgo fueron objeto de feroz represión. Las televisoras
dedicaron, como de costumbre, un gran espacio a las explicaciones de las
autoridades –incluido, en este caso, el rector de la Universidad– que tacharon
a los manifestantes de infiltrados de grupos violentos ajenos a la Universidad,
y nada de tiempo a las demandas y versiones de los propios estudiantes. Esto no
pareció indignar tanto a la opinión pública ni catalizó ningún movimiento
social.
tozudamente?
ResponderEliminarapartidismo estéril?
Hay que estar del lado de los buenos, por que si no, eres malo.
Y los buenos, son los que tu dices.
Sin criticas y sin reservas todos con el Sr. Lopez, el como Obi-Wan, es nuestra unica esperanza.
Nudelman, a mi parecer esta bien que se declaren no a favor de AMLO porque seria el pretexto ideal que estaban buscando para derrumbar el movimiento "AMLO estaba infiltrado en el movimiento, se los dijimos" Esto no le favorecería al movimiento, al puntaje de AMLO y a Mexico. Creo que al declarerse anti-Peña Nieto, anti-Quadri (Gordillo), anti-neoliberalismo (JVM, PRI y Quadri), llamar a votar "conscientemente" y no al voto nulo, al mismo tiempo que lo que exigen es una serie de propuestas que están incluidas en las propuestas de AMLO, a mi parecer es lo correcto para que la gente y los jóvenes que se sientan identificados a #Soy132 voten por AMLO. En tu propuesta creo que la gente que esta indeciso con su voto perdería confianza en el movimiento ya que televisa manipularía la nueva postura partidista
ResponderEliminarQue piensas? me gustaría saber tu opinión.
Un abrazo
Santiago Barrios
Una reflexión atinada y espero llegue a leerse por los jóvenes del #Yosoy132. Sólo un detalle, me parece que en la cuarta fotografía que muestran hay un error, se dice que los que aparecen son: "De izquierda a derecha y por enfrente: Ulises Ruiz, Elba Esther Gordillo, Josefina VM, Enrique Peña Nieto y Emilio Azcárraga" sin embargo me parece que quien se dice que es Ulises Ruiz es en realidad Molinar Horcasitas.
ResponderEliminarMuy buena información, sirve para ponerse al tanto en las elecciones si no sabes nada, todo va bien hasta que tu mismo pones a AMLO como el mesias, digo, yo si planeo votar por AMLO, pero decir que el si va a democratizar los medios me parece una opinión demas de ingenua.
ResponderEliminarCreo que aquí lo importante es que la gente este informada, y que de esa manera decida su voto.
Si estando informada aun así votan por el PRI es o porque carecen de moral, principios y amor al prójimo y probablemente, solo en el caso hipotético de que se pudiera tener a toda la gente informada y aun así ganara Peña, eso querría decir que a pesar de todo quieren que los gobierne el PRI y esa es la verdadera democracia, la capacidad de decidir ser gobernado por un imbécil si así lo quieres.
El único punto a discutir es la información, no dirigir un movimiento lleno de buenas intenciones en otro mugroso movimiento partidista que maneja la información en favor de algún personaje